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EL I CONCILIO ATEO Durante los días 7 a 9 de diciembre de 2007 se celebró en Toledo el «I Concilo Ateo», organizado por la Federación Internacional de Ateos (FIdA), de la que es coordinador Francisco Miñarro. Lamentablemente, lo primero que hay que decir es que estas jornadas estuvieron precedidas de un grave escándalo: el veto que ejerció el ayuntamiento de Toledo (gobernado por el PSOE e IU), que denegó el uso de locales municipales para la celebración del evento al considerar que se ofendía el arraigado sentimiento religioso de los toledanos. Algo intolerable en una democracia, especialmente en un Estado aconfesional. En el ABC se llegó a invocar la tradicional tolerancia toledana... ¡para pedir que no se permitiera una reunión atea! Una de las cosas que menos podían soportar las autoridades municipales era la exposición fotográfica Sanctorum, de José Antonio Moreno Montoya, por considerarla pornográfica y blasfema. El Concilio finalmente pudo celebrarse en Toledo, con un mes de retraso, gracias al presidente (Fernando Barredo) y la mayoría de los socios y directivos del Círculo de Arte de la ciudad, que ignoraron todas las presiones censuradoras y lo pusieron a disposición del Concilio los tres días. Lo que no llegó a realizarse fue la exposición fotográfica, por decisión del propio autor (que sí intervino como ponente). El Círculo de Arte tuvo un especial significado para las jornadas, pues su sede es ni más ni menos que la iglesia de san Vicente --desacralizada--, un lugar de triste recuerdo por su relación con la Inquisición. Un bello y adecuado escenario para hablar de ateísmo y libertad. A pesar de los temores no hubo incidentes desagradables, acaso por la prohibición de las manifestaciones que pretendían celebrarse a la entrada del Círculo de Arte y por la vigilancia policial (intensa en ocasiones). En mi opinión, precisamente los controles para evitar incidentes (en principio, para asistir a cualquier charla había que inscribirse a todo el Concilio), ocasionaron que hubiera poca participación de personas no ateas, que habría sido enriquecedora. No voy aquí a resumir las conferencias y los debates que las siguieCartel oficial del Ier Concilio Ateo ron; animo vivamente (Archivo). a los interesados a que busquen esta información en la web de la FIdA (http:// www.federacionatea.org/documentos/boletines/index. php). Comenzó el Concilio con una magnífica conferencia de Gonzalo Puente Ojea, uno de los pensadores españoles imprescindibles, pero que suele estar silenciado o caricaturizado en los medios, y que acaba de sacar en Siglo XXI el libro «Vivir en la realidad. Sobre mitos, dogmas e ideologías». Le siguieron ponentes procedentes del ámbito de la filosofía, de las ciencias naturales y sociales, de las artes, y representantes de las asociaciones Europa Laica, Ateus de Catalunya y la alemana Bund gegen Anpassung (Alianza contra el Conformismo). Cada jornada terminó con una mesa redonda en la que participaron los ponentes del día y, sobre todo, los asistentes. El Concilio se clausuró con unos fragmentos de la magnífica obra «La revelación», de Leo Bassi, ese bufón que nos hace algo más que reír, y que justamente irrita a los fundamentalistas, en este caso a los religiosos. El tema central del Concilio era precisamente «el desafío de los fundamentalismos». Es cierto que también puede haber (lo ha habido, lo hay) un ateísmo fundamentalista, pero no es el que hoy predomina y no es el que se desarrolló en Toledo. Por el contrario, un ateísmo apoyado en la razón y en la duda, y en la defensa de las libertades, un ateísmo que reclama su sitio en un Estado laico y en cualquier democracia. En mi opinión fueron estos los dos temas recurrentes frente al peligro de los fundamentalismos: la defensa de la racionalidad y la del laicismo. Esta doble defensa pone de manifiesto que el ateísmo, aunque definido como una simple negación de creencias, puede (yo diría que propicia) ser la base para un enfoque «positivo», con propuestas que alientan una mejor convivencia, una vida mejor. La defensa de la racionalidad va inevitablemente enlazada con la aceptación de la duda, con la reflexión, con la demanda de pruebas... se trata de una racionalidad escéptica que cree en los principios de la ciencia, por tanto. Que, contra lo que se escucha a veces, no es otra religión como la propia ciencia no lo es. El ateísmo racional, como la ciencia, exige pruebas, no admite la fe ciega. Por cierto, siendo esta revista, El Escéptico, la voz de la ARP - Sociedad para el avance del pensamiento crítico, yo pregunto a los lectores ¿es el ateísmo la alternativa racional a las creencias religiosas? Fue una alegría constatar cómo aquellos principios escépticos se ponían de manifiesto generalmente en las charlas... y en los coloquios con los asistentes, que no se conformaban con un papel de meros espectadores. Pero a 13 el escéptico casi todos les interesaban no sólo los aspectos científicos del ateísmo, sino también los éticos y morales: la tarea de vivir como seres humanos adultos, libres y responsables, con una moral autónoma, no la supuestamente dictada por ningún Dios... o sus pretendidos portavoces. Estos aspectos éticos nos conectan con el otro tema central del Concilio, el laicismo, que se abordó con bastante acuerdo de principios pero originó a pesar de ello, cómo no, bastante discusión. Creo que quedó claro para casi todos que no hay que confundir el laicismo con el ateísmo o la antirreligiosidad, como interesadamente se proclama desde los medios eclesiásticos. Los laicistas pueden tener cualquier tipo de creencias o convicciones, pues lo que esencialmente defiende y reclama el laicismo es la libertad de conciencia. Los ateos pueden no ser laicistas, por supuesto, pero lo que constatamos habitualmente es que los ateos «visibles» suelen serlo. Es decir, defienden que las creencias personales, religiosas o de otro tipo, no impregnen lo público, lo que es común a todos; defienden un estado no ateo, sino laico, en el que las asociaciones religiosas tengan los mismos derechos y oportunidades que las demás, ningún privilegio añadido... El laicismo es inseparable de la democracia, y cada vez se hará más patente su necesidad para una convivencia en paz, igualdad y libertad. Siendo España un país nominalmente aconfesional pero realmente criptoconfesional (Puente Ojea dixit), los graves residuos nacional-católicos hacen ver que la transición democrática sigue incompleta; los esfuerzos por otorgar a otras confesiones los mismos (escandalosos) privilegios que a la Iglesia católica no van en la línea de mejorar la situación, precisamente. El 1er Taller sobre Pensamiento Racional y Pseudociencia se realizó los días 17, 18 y 19 de diciembre del 2007 en la Universidad de La Habana (Cuba), con participantes de diversas especialidades: físicos, matemáticos, ingenieros, médicos, dentistas, veterinarios, farmacéuticos, biólogos, filósofos y algunas otras, pertenecientes a varias docenas de instituciones cubanas. Fue inaugurado por el Dr. Ernesto Altshuler, decano de la Facultad de Física, y clausurado por el Dr. Rubén Zardoya, rector de la Universidad de La Habana. Se dictaron conferencias sobre aspectos generales del quehacer científico tales como el método científico en las ciencias exactas y naturales, y el intercambio, validación y actualización de la información científica a través de experimentos y publicaciones el escéptico 14 Página principal de la FIdA. (http://www.federacionatea.org/) Las jornadas se celebraron en un ambiente generalmente alegre (que se prolongaba por las calles toledanas) y reflexivo (que no sé si se prolongaba tanto). Los participantes quedaron en general satisfechos del Concilio... sin dejar de hacer críticas, a veces feroces, a algún ponente o a algún asistente. Los organizadores hicieron un gran trabajo, y confío en que estas jornadas tendrán una continuidad: parece necesario y sano, en especial en estos días en que los temibles fundamentalismos religiosos recobran vigor, también, ay, en España. Juan Antonio Aguilera Mochón (jaamochon@gmail.com) TALLER SOBRE PENSAMIENTO RACIONAL Y PSEUDOCIENCIA EN CUBA Aspecto del Primer Taller sobre Pensamiento Racional y Pseudociencia. (Rationalis)