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Enlace al artículo en html (en nueva ventana): Comer sin miedo (José Miguel Mulet)
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zar más en los tópicos abordados en las más de 200 páginas de la obra. Valga también destacar que la muerte de Hack dejó un gran vacío. La divulgación científica necesita de muchas Margheritas para acercar a la gente asuntos que, a primera vista, son áridos e imposibles. Su gran valor era decir de forma sencilla algo que es, en realidad, profundo y carne de especulaciones. «Creo del todo probable que haya otros mundos habitados, pero también creo que nunca nos podremos encontrar con un extraterrestre. Las distancias no lo permiten y a lo más que podemos aspirar es a un contacto radial. Pero nuevamente las distancias no nos permitirán tener un diálogo. En conclusión, pienso que estamos condenados a la soledad», escribe Hack. Y eso, que parece tan lapidario y doloroso, no deja también de ser poéticamente bello. Diego Zúñiga J. M. Mulet. Ediciones Destino, 2014, 262 páginas. El reciente libro de J. M. Mulet Comer sin miedo es como la pared de un cementerio. El libro tiene como subtítulo "Mitos, falacias y mentiras sobre la alimentación en el siglo XXI". Es curioso que hace diez meses salió otro libro, de título "Comer o no comer. Falsedades y mitos de la alimentación", escrito por A. Ortí, A. Palencia y R. Bernacer, donde se describían 98 mitos sobre alimentación y se daba la explicación científica. El libro de Mulet tiene otra estructura mucho más combativa. Algunos nombres de los capítulos lo manifiestan desde el índice: "Yo como artificial. Y tú también", "Una marca comercial llamada alimentación ecológica", "Asustar es fácil", "Mejor conservante en mano que salmonela volando", entre otros. Todo el libro es una sucesión inacabable de argumentos que desmontan la mayor parte de creencias que se han instalado alrededor de la alimentación, de los alimentos y de la nutrición. Destroza la agricultura biodinámica, el café Kopi Luwak o el Milbenkäse, queso con excrementos de polillas. Afirma con argumentos que en Europa la comida es segura, incluidos los transgénicos que no comemos porque las autoridades no quieren. Relativiza los efectos de los denominados disruptores endocrinos (bisfenol A, por ejemplo) y lo compara con los símil-estrógenos presentes en los brotes de soja o de alfalfa comunes en ciertas tendencias alimentarias. Ataca las modas alimentarias, las dietas diversas no basadas en pruebas científicas -casi todas- y se recrea en las normas alimenticias judías y musulmanas. Yo creo que tiene razón en todo lo que dice. Pero el libro es la pared del cementerio. Mi padre decía que las paredes de los cementerios son de las cosas más inútiles que hay, porque «ni los de fuera quieren entrar, ni los de dentro pueden salir». Traducido: este libro no lo leerá nael escéptico 74 COMER SIN MIEDO die de los que creen en cualquiera de las dietas-milagro, las terapias esotéricas o las normas alimentarias aberrantes que describe, satiriza y desmonta. Y, para la gente que tiene una mínima cultura no esotérica, una perspectiva no ortoréxica -no ansiosa de perfección- de la alimentación y de la nutrición, no le aporta más convencimiento, porque ya está convencida. Yo soy uno de ellos, y todos los que pensamos así somos «de dentro del cementerio»: un grupo convencido, pero minoritario, y no queremos cambiar, no queremos salir. Pero ¿es inútil el libro? Estamos rodeados por una población acientífica, muy inculta y crédula, manipulada por todos los del esoterismo, las terapias raras y las chifladuras, y por la publicidad de los alimentos preparados, donde venden conceptos tan poco concretos como natural, equilibrado, completo, de la abuela... Nada de esto tiene sentido científico, pero no oímos hablar de otra cosa. Y los que estamos dentro necesitamos reafirmarnos en nuestras ideas, en nuestras evidencias y en nuestros sentidos comunes. Libros como los de Mulet son alimento para conseguirlo. No solo nosotros estamos rodeados. He visto el libro rodeado de libros de pseudoalimentaciones, enzimas y terapias. Sería mucho soñar que alguien se equivocara, comprara el libro, le gustara y se convirtiera a la fe científica -esto debe ser una contradicción, ¿verdad?-. Pero no pasará. Tal como alguien que no recuerdo dijo, ninguna primavera 2014 creencia asumida emocionalmente puede ser modificada por la vía racional. Me gustaría saber todo lo que dice el libro, para haber podido escribirlo yo... Dr. Claudi Mans, Catedrático Emérito de Ingeniería Química Editorial Txalaparta, Tafalla, 2013, 319 Páginas. Los traficantes de milagros y misterios es el contundente rótulo con el que Gonzalo Puente Ojea subtitula su último ensayo: Ideologías religiosas, llamado a ser la mejor aproximación para legos al conjunto de su pensamiento en toda su polimorfía y enclaves. En efecto, Ideologías religiosas constituye una excelente introducción a la obra de uno de los pocos pensadores españoles que con valentía denodada, constancia ilustrada y generosidad intelectual se atreve a quedar fuera de las fronteras taxonómicas propias de sociólogos, antropólogos, teólogos y filósofos que, no solo en español, piensan y jalean, a partes iguales, desde el marco terminológico y bibliográfico fijado por la ortodoxia dispuesta y permitida por el poder. Con vocación literaria, señalaba Gabriel Albiac en su comentario a la lectura de Crítica antropológica de la religión (2012), el libro anterior de Puente Ojea, que esa obra era «antes que todo, un tratado de la felicidad necesaria, de la felicidad robada, alevosamente robada por los más lastimosos chamanes, que de nuestra desdicha viven». En esa misma línea se sitúa Ideologías religiosas, que se despliega como una ulterior reflexión que, primero, ahonda en las conclusiones ontológicas y epistemológicas alcanzadas en su investigación de la última década y, segundo, recorre los pasos que el autor ha dado desde 1970 para construir su crítica a los mitos y los timos teológicos y religiosos porque de los políticos ya se ocupó de forma específica en La Cruz y la Corona (2011)-. La obra se abre con un texto inédito titulado "Sobre la religión y el poder", un ejercicio de síntesis de la senda recorrida en el análisis de la fenomenología del poder religioso desplegada por el autor. Premonitorio de la selección de textos posterior, la introducción aborda tanto el problema de la génesis y el estatuto ontológico y epistemológico de la religiosidad, como el problema de cuño teológico, bíblico y eclesiástico sobre los dos proyectos neotestamentarios aporéticos, el proyecto judeocristiano de Jesús y el proyecto paganocristiano de Pablo de Tarso, presentados falsamente por la tradición hermeneuta eclesiástica, como un único proyecto coherente. A partir de aquí y tras una nota bibliográfica en siglas, Ideologías religiosas presenta una antología que podríamos encuadrar en cuatro núcleos temáticos. El primero de ellos primavera 2014 IDEOLOGÍAS RELIGIOSAS. LOS TRAFICANTES DE MILAGROS Y MISTERIOS Gonzalo Puente Ojea. está compuesto por cuatro textos procedentes del díptico Ideología e Historia (1974) que componen su marco metodológico. En este primer núcleo, Puente Ojea realiza un análisis con las herramientas conceptuales del materialismo histórico y el influjo althusseriano, dando como resultado el valor ineludible de la lectura ideológica a la hora de comprender el sentido de la historia humana y la dependencia funcional de las formas mentales respecto a los intereses de clase y a los contextos materiales. Como interludio en esta fundamentación de su magna obra sobre la formación del estoicismo y del cristianismo, en un segundo núcleo temático Puente Ojea recupera un par de textos (de 1995 y 2003) de carácter autorreflexivo sobre el sentido de su biografía intelectual, lo cual permite al lector situarse ante la conciencia autogenética del autor así como ante el panorama de la historia política e intelectual española reciente frente a la que se sitúa el autor en un ejercicio magistral de honestidad y coherencia marcado por una disidencia cada vez más acusada y un autodidactismo dialéctico. El tercer núcleo temático lo integran dos textos. El primero, titulado "La ética de Jesús", es un fragmento extraído del capítulo principal de Fe cristiana, Iglesia, poder (1991), un texto que focaliza la lectura ideológica en la figura de Jesús, permitiendo descubrir como falso el mito de 75 el escéptico