Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.
Enlace al artículo en html (en nueva ventana): Experiencias cercanas a la muerte
Texto plano (desmaquetado) del artículo : Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)
EXPERIENCIAS "NO TAN" CERCANAS A LA MUERTE Alberto del Arco y Gregorio Segovia (Depto. de Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad Complutense de Madrid); Alberto Porras-Chavarino (Unidad Médica, Pfizer, Madrid) y Rodrigo Martínez (Hospital Nacional de Parapléjicos, Unidad de Neurología Experimental, Toledo)* n hombre está muriendo, y oye que su doctor le declara muerto. Comienza a escuchar un zumbido desagradable y al mismo tiempo siente que se mueve por un túnel largo y oscuro. A continuación se encuentra fuera de su cuerpo físico, viendo su propio cuerpo desde fuera y observando, como un espectador, al médico que intenta resucitarlo. Al rato se sosiega y empieza a acostumbrarse a su extraña condición (...). Otros vienen a recibirlo y ayudarlo. Ve los espíritus de parientes que ya habían muerto, y aparece ante él un espíritu amoroso y cordial, un ser luminoso. Este ser le pide que evalúe su vida. En determinado momento se encuentra aproximándose a una especie de barrera o frontera, y descubre que debe regresar a la Tierra. El momento de su muerte no ha llegado todavía. Está inundado de intensos sentimientos de alegría, amor y paz. Finalmente, se reúne con su cuerpo físico y vive (...). U ste es el relato "ideal" de lo que el psiquiatra Raymond A. Moody bautizó como experiencias cercanas a la muerte (ECM)1. Tomado de su popular libro Vida después de la vida (1976)2, en este relato aparecen, según él, los elementos más recurrentes que se describen en este tipo de experiencias, como son: sensaciones de paz y quietud; viajes a través de un túnel; experiencias fuera del cuerpo físico; encuentros con seres queridos que ya han fallecido; o la revisión panorámica de la vida propia. En este libro, E Moody, recopila y analiza testimonios como éste, narrados a posteriori (a veces incluso años después de la experiencia) por individuos que bien por accidente, o bien como consecuencia de alguna enfermedad, han estado cerca de la muerte, o incluso fueron resucitados después de ser declarados clínicamente muertos. ¿Por qué se producen las ECM? ¿Tienen algún significado? El autor expone varias de las teorías, naturales y sobrenaturales, que tratan de explicar estas experiencias y, aunque no se decanta por ninguna de ellas, deja el "misterio" encima de la mesa y termina el libro diciendo: "Si las experiencias del tipo que he discutido son reales, entonces tienen profundas implicaciones en lo que cada uno de nosotros hacemos en nuestras vidas. En ese caso sería cierto que no podemos comprender plenamente esta vida hasta que sepamos algo de lo que hay más allá". Desde entonces ha habido muchas investigaciones y se ha escrito mucho acerca de las experiencias cercanas a la muerte3, que inevitablemente se han contagia67 el escéptico do del misterio que, ya de por sí, rodea al fenómeno de la muerte. Las ECM describen una realidad, diferente de la que podemos constatar y contrastar, que sugiere que la muerte biológica no es el final de nuestra existencia y, por tanto, alimentan diferentes tipos de creencias sobrenaturales acerca del significado de la vida en la Tierra o la existencia de Dios. De hecho, muchos consideran que las experiencias cercanas a la muerte son un argumento en favor de la existencia de un ente espiritual (llámese alma) que sobrevive después de la muerte y que es capaz de separarse del cuerpo físico y tener conciencia de esa otra realidad en la que nos veremos inmersos, a buen seguro, después de morir4. De esta manera, la muerte se convierte en un puro tránsito, un nacimiento a otra vida más espiritual. A modo de ejemplo, podemos citar el libro de la psiquiatra Elisabeth Kübbler-Ross titulado La muerte: un amanecer5, donde describe el tránsito entre la vida y la muerte como un nacimiento a otra existencia. O también el libro del cardiólogo Michael Sabom titulado Light and Death, donde interpreta, a la luz de la Biblia, las ECM como una experiencia espiritual que ocurre durante el proceso en el que morimos6. la muerte, o incluso después de la misma; y por otro, debido al contenido de estas experiencias, interpretadas como la existencia de un ente espiritual capaz de visionar una realidad "más allá" de la muerte. (lo que requiere la actividad tanto de la corteza cerebral como de áreas subcorticales). En definitiva, la muerte es igual a la muerte cerebral. Todo esto nos lleva a dos conclusiones fundamentales: Sin embargo, hoy en día, poseemos suficientes datos acerca del funcio- 1.- La muerte es un proceso irrevernamiento del cerebro para desmitifi- sible y, por tanto, nadie puede haber car el significado sobrenatural de muerto realmente y regresar a la estas, y otras7, experiencias. Estos vida. ¿Cómo es esto compatible con datos indican que los testimonios de las experiencias muerte clínica y Poseemos suficientes cercanas a la muerresurrección? Es datos sobre el cerebro te son una conse- para desmitificar el signi- posible que en la ficado sobrenatural de cuencia de cómo mayoría de los las experiencias cercaestá organizado casos se trate de nuestro cerebro y nas a la muerte, ya que un mal diagnóstiéstos indican que las de su funcionaco de muerte. Los mismas son una miento en determipacientes que desconsecuencia de cómo criben una expenadas condiciones. está organizado nuestro riencia cercana a la cerebro y de su Pero empecemos muerte podrían funcionamiento en por el principio. haber estado en ciertas condiciones. ¿Estuvieron realuna condición de mente muertos los "muerte aparente" sujetos que describen una ECM? ¿Es o, de forma más estricta, de "vida posible tener algún tipo de experien- mínima", en la que el proceso de cia (percepción o recuerdo) después muerte todavía no habría comenzade muerto? do9. Estos casos de "muerte aparente" se dan en pacientes que, por LA MUERTE SE DEFINE ejemplo, sufren paradas cardiorrespiratorias durante unos minutos. COMO MUERTE CEREBRAL Durante muchos años ha habido un También pueden ser casos de pacienintenso debate acerca de cómo defi- tes en estado vegetativo, donde no A nuestro juicio, y aparte de factores nir la muerte para fijar unos criterios hay muerte cerebral, en los que se psicológicos que puedan condicionar concretos que permitan concluir, sin mantienen funciones autónomas (i.e. las narraciones de las ECM (e.g., error posible, que un individuo está respiración, circulación), y el metacreación de falsas realmente muerto8. bolismo cerebral se reduce hasta Muchos consideran memorias)3,4, el el 50%8. que las experiencias misterio de las misActualmente se deficercanas a la muerte ne como muerte el 2.- La muerte cerebral implica por mas y su relación son un argumento en cese permanente o definición el cese de las funciones con el mundo de lo favor de la existencia espiritual viene irreversible de las cerebrales, lo que significa que no es de un ente espiritual dado por dos motifunciones críticas posible ni la percepción de ningún (llámese alma) que vos principales: sobrevive después de del organismo estímulo externo o interno, ni la conpor un lado, porque como un todo, lo ciencia de uno mismo, ni tampoco, la muerte. se considera que que incluye el con- por supuesto, la consolidación de son una característica específica del trol cerebral de la respiración y la cir- memorias de ninguna experienproceso de morir, ya que aparente- culación, la regulación neuroendo- cia4,9,10. Esto último es muy importanmente sólo ocurren en la cercanía de crina y homeostática, y la conciencia te, ya que incluso en una situación de el escéptico 68 Experiencias "no tan" cercanas a la muerte de "muerte aparente", si el daño cerebral asociado a ella es muy extremo, el funcionamiento de áreas del cerebro relacionadas con la memoria, como el hipocampo (y la amígdala), estarían seriamente comprometidas, por lo que sería imposible el recuerdo de cualquier experiencia10. En resumen, podemos afirmar que, si un sujeto ha experimentado determinadas percepciones o sentimientos, y es capaz de recordarlos, significa que su cerebro estaba aún activo (aunque su actividad pudiera estar alterada) y, por tanto, no había muerte cerebral. Dicho de otro modo, las experiencias que describen estos individuos no se corresponden con el "otro lado". EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE Y ALTERACIONES EN LA FUNCIÓN CEREBRAL Las experiencias cercanas a la muerte no se perciben como meras alucinaciones o sueños, sino que se viven como reales, teniendo, en algunos casos, un efecto muy profundo sobre las vidas de las personas que las experimentan3,4. miento complejo de dicha información sensorial en áreas de la corteza cerebral que se denominan asociativas y que reciben, además, información de tipo motor y afectivo. Estas áreas asociativas son precisamente las que se encargan de interpretar la La pregunta es: ¿podemos percibir realidad como un todo global y concomo real, en determinadas circuns- tinuo en el tiempo. Si se produce una alteración en la tancias, algo que actividad de estas no lo es? La resLas experiencias cerca- áreas, un sujeto puesta es sí. La percepción con- nas a la muerte no ocu- puede percibir una siste en procesos rren sólo en circunstan- "realidad ficticia", neurofisiológicos cias límite, cuando se fuera de contexto por los que toma- está cerca de perder la espacial y/o temmos conciencia vida y, por tanto, no son poral. del mundo que una característica espeEsto es lo que nos nos rodea11. Brecífica de la muerte demuestran los vemente, estos como proceso. numerosos casos procesos incluyen clínicos en los que desde la recogida de información por los órganos de una disfunción de estas áreas cerelos sentidos, según las distintas brales, causada por algún tipo de modalidades sensoriales (oído, vista, lesión en el cerebro (una hemorragia olfato, gusto, tacto), hasta el procesa- cerebral, un tumor, una crisis epilép- tica), altera el modo en el que el cerebro interpreta y construye la realidad del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. Algunos ejemplos de estos casos clínicos han sido descritos en libros de divulgación como los escritos por los neurólogos Oliver Sacks12 o Vilayanur S. Ramachandran13. Entre ellos cabe destacar la sorprendente historia de "El hombre que se cayó de la cama", donde se relata el caso de un paciente que no reconoce su propia pierna como suya y, en su afán de empujarla fuera de la cama, termina él mismo continuamente en el suelo. O los casos de pacientes que sufren epilepsia en el lóbulo temporal. Estos sujetos pueden sentirse fuera del cuerpo físico, tener la sensación de conocer lugares en donde nunca han estado (déjà vu) o tener experiencias místicas. Pero lo más interesante es que este 69 el escéptico tipo de alteraciones no sólo se dan en circunstancias patológicas sino que pueden ocurrir también tras la administración de determinadas drogas o, incluso, pueden ser provocadas a voluntad (por ejemplo, mediante meditación). De hecho, diferentes estímulos, entre los que se encuentran la hipoxia cerebral o la migraña, o la administración de drogas como la ketamina, el LSD, el cannabis o la mescalina, son capaces de inducir muchos de los elementos de las ECM, desde la sensación de estar fuera del cuerpo hasta la visión del túnel4,10. Esto nos lleva a una importante conclusión: las experiencias cercanas a la muerte no ocurren sólo en circunstancias límite, cuando se está cerca de perder la vida y, por tanto, no son una característica específica de la muerte como proceso. piratorias, y desde el punto de vista la misma causa orgánica y que disneurofisiológico, uno de los meca- tintos elementos correspondan con nismos desencadenantes de las expe- diferentes alteraciones en la activiriencias cercanas a dad de áreas cerela muerte podría brales específicas, Si una noche, en la ser la reducción del oscuridad más absoluta, implicadas en la aporte de oxigeno oímos el sonido de cas- percepción de la (hipoxia) al cererealidad4. Por ejemcos de un animal que 3,10 bro . Junto a la corre golpeando el asfal- plo, cambios en la hipoxia, cambios actividad de la to, cabe la posibilidad en las concentra- de que sea un unicornio corteza temporal ciones de neurou otro animal mítico..., podrían producir transmisores y pero lo más probable, lo la sensación de mensajeros quími- más seguro, ¡es que sea estar flotando fuera un caballo! cos (también altedel cuerpo; la actirados por las drovación de los cirgas mencionadas anteriormente), cuitos que forman el hipocampo se como las endorfinas, podrían provo- relacionaría con la recuperación de car una alteración en la función cere- memorias autobiográficas; y la senbral. sación de túnel y la luz brillante se explicarían por la hiperactividad de Como ha sugerido la doctora Susan las neuronas de la corteza visual. Blackmore, es probable que no todos En situaciones reales de cercanía a la los elementos descritos en las expe- En apoyo de esta idea están los estumuerte, como las paradas cardiorres- riencias cercanas a la muerte tengan dios de estimulación cerebral realiza- el escéptico 70 Experiencias "no tan" cercanas a la muerte dos por el doctor Michael A. Persinger mostrando que los elementos principales de las ECM pueden ser inducidos y reproducidos en individuos normales y sanos por medio de la aplicación de estimulación magnética sobre la corteza cerebral10. Es cierto que las experiencias que se obtienen mediante estimulación cerebral no son idénticas a las ECM, pero hay que tener en cuenta que las primeras se dan en situaciones neutras de laboratorio y mediante un estímulo controlado, mientras que las ECM ocurren normalmente en contextos traumáticos y mediante estímulos más difusos. DE POSIBILIDADES Y PROBABILIDADES En un programa de televisión, refiriéndose a la multitud de pruebas que avalan la teoría de la evolución, Richard Dawkins dijo algo así como que, si una noche, en la oscuridad más absoluta, oímos el sonido de cascos de un animal que corre golpeando el asfalto, cabe la posibilidad de que sea un unicornio u otro animal mítico..., pero lo más probable, lo más seguro, ¡es que sea un caballo! Teniendo en cuenta todo lo mencionado acerca de cómo funciona el cerebro, y parafraseando a Dawkins, cabe la posibilidad de que las ECM indiquen la existencia de un alma o cualquier otra entidad espiritual capaz de visionar una realidad "más allá" de la muerte..., pero lo más probable, lo más seguro, ¡es que reflejen alteraciones en la actividad de nuestro cerebro! Nota: * Para saber más sobre pseudoneurociencias, ver www.piramidescerebro.blogspot.com. BIBLIOGRAFÍA 1.- Skepdic.com [página web en internet]. The Skeptic´s Dictionary, Robert Todd 71 Carroll [última actualización 12/04/06]. Disponible en skepdic.com/nde.html 2.- R. A. Moody. Vida después de la vida. EDAF S.A., Madrid, 1984. 3.- C. C. French. "Near-death experiences in cardiac arrest survivors". Progress in Brain Research, 150, 351-367, 2005. 4.- S. Blackmore. "Near-Death experiences: In or out of the body?" Skeptical Inquirer 16, 34-45, 1991. 5.- E. Kübler-Ross. La muerte: un amanecer. Luciérnaga S.A., Barcelona, 1989. 6.- M. Sabom. "The shadow of death". Christian Research Journal 26 (3), 2003. 7.- A. Del Arco, G. Segovia, A. Porras y R. Martínez. "¿Cómo funciona el cerebro? Desmitificando el poder de la mente". El Escéptico 18, 50-55, 2005. 8.- S. Laureys. "Death, unconsiousness and the brain". Nature Reviews Neuroscience 6, 899-907, 2005. 9.- E. De Renzi. "Lazarus´ Síndrome". En: Mind Myths. Exploring popular assumptions about the mind and brain (Ed. S. Della Sala). John Wiley & sons, 1999. 10.- M. A. Persinger. "Near-death experiences and ecstasy: a product of the organization of the human brain". En: Mind Myths. Exploring popular assumptions about the mind and brain (Ed. S. Della Sala). John Wiley & sons, 1999. 11.- F. Mora. Cómo funciona el cerebro. Alianza Editorial, Madrid, 2002. 12.- O. Sacks. El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Anagrama S.A., Barcelona, 2002. 13.- V. S. Ramachandran y S. Blakeslee. Phantoms in the brain. Quill, William Morrow, New York, 1998. el escéptico