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Un marciano en mi buzón (3.4): ¿Bases alienígenas? Luis R. González E n la anterior entrega hablamos de los planetas de nuestro Sistema Solar como estímulos astronómicos para algunos avistamientos de ovnis. Pero en su momento, algunos de estos planetas (y satélites) más próximos fueron considerados por muchos ufólogos como posible lugar de origen de todos esos platillos volantes que llegaban en oleadas a nuestros cielos. Al principio, defendiendo la habitabilidad de nuestros vecinos más próximos, gobernados por civilizaciones avanzadas; más tarde, sirviendo como mínimo de bases alienígenas para visitantes extrasolares. Es el caso de Venus, el planeta de los "contactados" por antonomasia, desde que en 1952 George Adamski proclamó haberse entrevistado con un venusiano llamado Orthon. En 1965 la actuación conjunta de rusos y americanos (con las sondas Venera 4 y Mariner 5, que aparecen en esta bella hoja alegórica de Dahomey actual república de Benin- puesta en circulación el 17 de febrero de 1968)(Fig.1), acabaría con la idea de Venus como planeta habitable. Cuando la Venera 9 se convirtió en la primera sonda humana en alcanzar la superficie venusina, apenas si sobrevivió 53 minutos a aquel infierno. Vemos aquí el sello ruso emitió para la ocasión (Fig.2). Pero lo cierto es que los "contactos" con Marte son anteriores, aunque fuesen en la forma de "viajes astrales" como los de la famosa medium Helene Smith, investigada por Flournoy en 1900, o los de John Carter, el protagonista de la saga de ciencia ficción escrita por Edgar R. Burroughs Fig. 1 (y cuya versión fílmica llegó a las pantallas en el año 2012). La idea de Marte como planeta habitado por una civilización en decadencia se cimentó en el imaginario popular a partir de las observaciones de Giovanni V(irginio) Schiaparelli, el famoso descubridor de los "canales" marcianos (aunque él nunca se atrevió a afirmar con claridad que se tratase de obras de ingeniería artificiales) y de astrónomos divulgadores como el francés Camille Flammarion y el estadounidense Percival Lowell (millonario que llegó a construirse un observatorio en Flagstaff Arizona- para estudiar mejor el planeta rojo). Frente a las propuestas finiseculares de H.G. Wells y sus invasores, las ideas de Lowell sobre un planeta agonizante donde los marcianos colaboraban a escala planetaria por el bien común, suponían un testimonio envidiable del valor del progreso tecnológico para un mundo donde los crecientes nacionalismos nos abocaban a la Gran Guerra. Casualmente, ambos astrónomos han recibido honores filatélicos en 2010. Abajo (Fig.3) podemos ver la efigie de Sciaparelli en esta postal emitida por la república italiana en 2010 para conmemorar el centenario de su fallecimiento. En la página siguiente (Fig. 4) aparece el retrato de Percival Lowell, en una hojita bloque de Guinea Conakry emitida para conmemorar el descubrimiento de Plutón en 1930 (arriba, Fig. 3 Fig. 2 otoño-invierno 2012 55 el escéptico Fig. 4 Fig. 6 en el centro), precisamente desde el observatorio fundado por Lowell. Como curiosidad, entre las seis personalidades incluidas en la hojita bloque, al ilustrador se le ha colado un "simple" escritor de ciencia ficción (abajo, a la derecha). Se trata de Jack Williamson, y supongo que aparece ahí por su relato "El terror de Plutón" de 1933. Naturalmente, para esta emisión, el descubridor de ese destronado planeta, Clyde W.Tombaugh se merece sello, hojita y sobre Primer Día propios, con el logo de la misión "New Horizons", de la NASA que tiene previsto llegar allí en 2016. Tombaugh ya ha sido mencionado en esta serie de ufofilatelia por ser uno de los astrónomos más prestigioso en reconocer que había visto ovnis y si os fijáis en el dentado del sello (centro de la parte inferior) aparece un hueco inusual que nos recuerda al típico platillo. ¿Un guiño del diseñador Paul Puvilland? (Fig. 5). Recientemente descubrí que, en fecha tan tardía como 1965, Tombaugh aseguró haber encontrado varios "canales" en las fotos enviadas por la sonda Mariner 4, aunque los interpretaba como fisuras o fracturas en el suelo marciano. Curioso (Fig. 6). Todos recordamos al astrofísico ruso Shklovsky, quien en 1958 propuso que las lunas de Marte eran en realidad satélites artificiales. Desde luego, en esta foto de Deimos que ilustra uno de los cuatro valores emitidos en 2006 por Togo (Fig. 7), nos recuerda bastante a la "Estrella de la Muerte" de la saga Star Wars. Ese enorme cráter recibe el nombre de Stickney, en memoria de la mujer de Asaph Hall, el descubridor de los satélites marcianos en 1877. Aunque algunos iluminados también han defendido que nuestra Luna es un satélite artificial, lo más habitual en ufología ha sido limitarse a considerarla como el lugar Fig. 5 ideal para establecer una base alienígena, sobre todo en la llamada "cara oculta" (como hacen en la reciente película "Iron Sky"). En los años sesenta del pasado siglo se inició el reconocimiento fotográfico de los mundos más cercanos, con ayuda de sondas espaciales. El 7 de octubre de 1959, las primeras fotos de la cara oculta de la Luna tomadas por la sonda soviética Lunik 3 no mostraron por ningún lado las ciudades y campos descritos por Adamski (y otros, como en el Amazing Stories de Julio 1947, mucho antes) (Fig. 8). Aquí podemos ver la sonda, en uno de los dos sellos emitidos al año siguiente de la hazaña por la propia Unión Soviética, y un mapa de la cara oculta en el otro (Fig. 9). Aún así, y como preludio de futuros debates, ya desde el primer momento varios ufólogos aseguraron haber identificado algunos misteriosos edificios en las fotografías recibidas desde la superficie lunar, en concreto esta "pirámide" que podemos ver en uno de los sellos de la tira central de un bloque filatélico emitido por la república africana de Guinea el 15 de noviembre de 1965 (Fig. 10). Entre diversos sellos conmemorando las misiones espaciales de rusos y americanos, se incluyeron tres valores en bandolera mostrando distintos puntos de nuestro satélite. La imagen más a la derecha corresponde al cráter lunar Alphonsus (en referencia a nuestro rey astrónomo Alfonso X el Sabio), uno de los lugares donde se han observados esos extraños Transient Lunar Phenomena de los que ya hemos hablado. La novena y última sonda del programa Ranger impactó a poca distancia al nordeste de su pico central, Fig. 7 el escéptico 56 otoño-invierno 2012 Fig. 11 Fig. 8 Fig. 9 el rasgo natural prominente en esta foto tomada pocos momentos antes del impacto, y que algunos pretendieron interpretar como una pirámide artificial (Fig. 11). Casualmente, cuatro meses más tarde, a esos mismos valores se les añadió una sobrecarga para celebrar las primeras fotos de la superficie marciana tomadas por el Mariner 4. Casi podría verse como una premonición de lo que estaba por llegar con todo el revuelo de la llamada "cara Fig. 10 marciana", que ya comentamos en su momento. Precisamente fueron las fotos transmitidas por el Mariner 4, las que obligaron a descartar la existencia de una civilización marciana, así que nuestros visitantes extraterrestres tuvieron que trasladar su base de operaciones más lejos. Nada mejor para ello que a Ganímedes, uno de los satélites de Júpiter y el más grande del Sistema Solar (aunque lo cierto es que tal procedencia ya había sido mencionada por contactados argentinos en 1952, ¡incluso antes que los venusianos de Adamski!). Ganimedes alcanzó fama mundial a mediados de los años setenta como la base de Antar Sheran gracias a la famosa "misión Rama", introducida en nuestro país gracias a los desvelos de J.J. Benítez. Justo por las mismas fechas, la sonda norteamericana Pioneer 10 nos enviaba las primeras fotos de Ganimedes, sin rastro de platillos volantes. Tal visita aparece plasmada en la esquina inferior derecha de este bloque filatélico (Fig. 12) emitido por las islas caribeñas de San Vicente y las Granadinas el 20 de agosto de 2009. Próxima entrega: OVNIS muy terrestres El autor desea agradecer la colaboración de Giancarlo D'Alessandro, ufólogo italiano editor del "PHILCAT. Catalogo di UFOfilatelia" disponible en la red: web.tiscalinet.it/Giada/ Asimismo, agradecería la colaboración de los lectores, para ampliar la casuística filatelico-ufológica y pone a su disposición éstos y muchos otros sellos de temática espacial para todo tipo de exposiciones. Fig. 12 otoño-invierno 2012 57 el escéptico