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Mundo escéptico Pensamiento crítico y redes sociales Sergio López Borgoñoz L as nuevas redes sociales funcionan muy bien como difusoras de ideas y conocimientos. Pero también pueden ser, y de hecho lo son, una fuente inagotable de bulos, cadenas bobas, estafas y leyendas urbanas, que se propagan como la pólvora. Precisamente de eso tratará el artículo de hoy. Es muy fácil que un mensaje con una idea concisa invite a la indignación, a la reflexión, o a exaltar algún sentimiento, sea este del tipo que sea. Además, si la idea está acompañada de una imagen adecuada, puede potenciar su efecto en varios órdenes de magnitud. A partir de ahí, compartir esta idea entre tu círculo de amigos o seguidores es tan fácil como hacer un simple clic con el ratón. No soy experto en psicología, ni mucho menos, pero entiendo que razones de aceptación social e intentar procurarnos o mantener un cierto prestigio ayudan a que la inmediatez (ser los primeros en compartir el hecho) prime sobre la sensatez (tratar de fundamentar o contrastar la noticia o idea). De esta manera, el mensaje puede difundirse con un crecimiento exponencial y alcanzar una audiencia amplísima en muy poco tiempo. Además, estos tres factores, por separado o conjugados, acaban de anular nuestra primera tentación de comprobar la veracidad del dato o la idea transmitida: · Muchas de estas ideas suelen estar envueltas en un formato agradable a la vista, con alguna foto espectacular y un diseño atractivo: ¿cómo iba a ser mentira algo tan bonito? · Procede de algún amigo o amiga en quien confiamos. Él no nos va a engañar y seguro que lo ha comprobado antes. · No parece ser verdad pero, por si acaso, y con lo poco que cuesta advertir a mis amigos y amigas, lo paso. Una vez realizada la acción, y satisfechos de la iniciativa (se ha suministrado una información valiosa al círculo de amigos) la cara de tonto llega cuando ves comentarios de un amigo o amiga que te señala alguna de estas opciones: el escéptico 14 · La información es falsa y todo el mundo lo sabe · La información es muy antigua y está caduca · Hay un error garrafal en el enunciado... O cualquier otra que provoca que intentes introducirte por el cable del ordenador y recuperar el post antes de que le llegue a nadie más. Deseas borrarlo, destruirlo... ves desmoronarse en segundos un prestigio arduamente adquirido durante mucho tiempo. No solo has mandado basura a tus amigos, sino que además... ¡¡te lo han recriminado en públi- (Foto: Thomas Galvez, www.flickr.com/photos/togawanderings/) primavera-verano 2013 co y todos van a saber la torpeza que has hecho!! A este respecto leí el otro día un interesante artículo sobre "Estafas en Facebook: cómo detectar y desmontar bulos"1 escrito por Fabrizio Ferri-Benedetti que creo que puede ayudar a detectar y evitar la propagación de estas cadenas y bulos. En el artículo, el autor identifica las principales señales que nos deberían hacer sonar todas las alarmas: · Despierta emociones fuertes y negativas con ideas fáciles, llamativas, muy emotivas. ¡¡¡Sospechoso!!! · Está escrito con mala ortografía o jerga incomprensible. ¡¡¡Sospechoso!!! · Contiene al menos alguna falacia fácil de identificar. Seguramente tendrá más. ¡¡¡Sospechoso!!! · Contiene números enormes y extrañamente precisos que resulta dudoso que sean exactos. ¡¡¡Sospechoso!!!! · el tratamiento gráfico es horripilante. Usa tipografía Comic Sans y está hecho con Word o Paint. ¡¡¡Sospechoso!!! · Es anónimo e inidentificable. No se sabe quién lo ha escrito, ni de dónde proceden los datos. ¡¡¡Sospechoso!!! · Invitación a actuar, a descargarte alguna aplicación, o a reenviar a tus amigos. ¡¡¡Sospechoso!!!! · Salvarás a alguien si haces clic; algo va a desaparecer si no haces clic; te regalarán algo magnífico si haces clic. Alguien donará millones de dólares si hay millones de clics... ¡¡¡Sospechoso!!! Ante lo cual, el autor indica algunos métodos sencillos para tratar de averiguar si se trata de un bulo o no: · Busca el texto y nombre en Google. Si aparece como "bulo", o como "hoax", o como "estafa"... pues eso. · Intenta comprobar si las imágenes son auténticas. El artículo incluye un enlace a una página que permite encontrar imágenes similares en la web. · Consulta las fuentes originales. Si pone que la noticia procede de un medio determinado, ve al medio para comprobar su veracidad. · Haz un breve recorrido por sitios especializados de rumores, timos y bulos. El artículo incluye enlaces a los principales sitios, como rompecadenas.com.ar o snopes.com entre otros. La cuestión es que, probablemente, todo esto no debería hacer falta escribirlo en una revista dirigida a personas que están concienciadas y habituadas al uso del pensamiento crítico en su actividad cotidiana; pero.... si hay alguien que no haya caído nunca en uno de estos bulos ni lo haya compartido, que levante la mano. primavera-verano 2013 15 el escéptico