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el circo paranormal que, para que haya equilibrio en el hogar, la energía positiva que fluye en la tierra (el ch'i) tiene que circular libre y armónicamente. Por fortuna, para aplicar los principios de este sabio y contrastado conocimiento científico, bastará con introducir pequeños cambios en nuestra casa, siempre según el reportaje que comentamos. A cambio de esta ligera reorganización de nuestra vivienda, la autora nos promete fortuna y felicidad, un espacio lleno de energías positivas, de todos los colores, olores y sabores, pero con la condición de que dichas energías no se escapen, para lo cual habrá que evitar a toda costa que puertas y ventanas se enfrenten con la puerta de entrada. A las energías positivas, al parecer, hay que encerrarlas en casa para que no se escapen y se vayan por ahí de picos pardos. Avalan esta última tendencia social personajes como Uma Thurman, Demi Moore y Carlos de Inglaterra, el príncipe naturista y temeroso de que la ira del dios de la Iglesia que preside su mamá nos mande un castigo muy gordo si seguimos manipulando genéticamente los cultivos alimentarios Hay más: en la sección denominada Flash en forma, además de informarnos de que, en Estados Unidos, los médicos naturistas emplean un gas hilarante para provocar la risa -¡vaya manera más natural que tienen algunos para hacer reír al prójimo!-, hay un recuadro dedicado a Lo último, que es la gemoterapia, técnica basada en la medicina oriental y que restablece la energía corporal mediante las piedras preciosas -a la vez, imagino, que descalabra el bolsillo-. Para los ignorantes en lo más de moda, sepan que las gemas activan los siete centros energéticos de la columna vertebral, relacionados con las glándulas que regulan el organismo, y que pueden transmitir energía física o mental. Y, siguiendo con la moda de lo alternativo, también se nos quiere hacer creer que la alimentación y las hierbas medicinales pueden sustituir el uso de los antibióticos. Tal vez, según qué casos; pero siempre y cuando éstos no estén indicados. El que los antibióticos gocen de mala prensa, principalmente por el abuso y mal uso que se hace de ellos, no quita para que haya muchas y serias patologías para las que están absolutamente indicados y que prescindir de ellos por mor de la moda de lo alternativo y lo naturista puede ocasionar serios e innecesarios riesgos de salud. ¿Para qué seguir? Considero que quién piense que todas estas estupideces, tanto de forma como de fondo, puedan interesar a la mujeres, está insultando su inteligencia. FERNANDO PEREGRÍN La alternativa fantasma Esta vez no nos lo han presentado como exclusiva mundial. Por lo menos, han tenido esa decencia, aunque en su contra habría que decir que han tenido la desvergüenza de pasar sobre el asunto de puntillas. Me refiero al desenmascaramiento definitivo del engaño conocido como Alternativa 3, todo un clásico de los misterios marcianos y de la conspiración, pero con mayúsculas. En síntesis: el mundo se va a ir al garete por motivos medioambientales; las grandes potencias lo saben y trabajan desde hace décadas en colaboración para hacer realidad la conocida como Alternativa 3, que consiste en la habilitación de una colonia humana en Marte que acogerá a lo mejor de lo mejor; muchas de las personas que desaparecen a diario en cualquier lugar del planeta son utilizadas como esclavas; existe una base secreta intermedia, situada en la cara oculta de la Luna... La trama, digna de Chris Carter, fue desvelada en 1977 en un documental de la cadena inglesa ITV que años después emitió TVE en La puerta del misterio, un espacio de Fernando Jiménez del Oso. Todavía recuerdo la seriedad con la que el actual director de Enigmas presentó el programa, y cómo éste, por su formato, impactó a mucha gente, incluida una de mis hermanas pequeñas, acongojada en su primera adolescencia por el negro futuro que se le avecinaba. Por fortuna, para tranquilizarla, bastó que le ofreciera un par de datos: entre otros, que no hay ningún astronauta del programa Apollo que responda al nombre de Bob Grodin, y algunas inconsistencias técnicas del filme. Además, le explique que, por mucho que hubiera visto un Marte con cielo azul, no era así. Pero lo que me sorprendió es que, al día siguiente, tuve que ofrecer los mismos argumentos a mis compañeros de la Universidad y que, desde entonces, he participado en varios debates públicos sobre Alternativa 3. Veintidós años después de su emisión original, el responsable de Sphere Books que contrató la edición posterior del libro de Leslie Watkins y David Ambrose ha escrito un esclarecedor reportaje en el número de abril de Fortean Times. Por supuesto, Alternativa 3 -el documental de televisión y el libro- fue una broma, una farsa. Y cuenta la historia real -el espacio iba a emitirse en el 1 de abril, Día de los Inocentes en el mundo anglosajón, pero tuvo que posponerse al 20 de junio-, identifica a los actores y no deja de mostrar su sopresa por la pervivencia del mito. Inexplicable si tenemos en cuenta que, en varias ocasiones anteriores, los autores de la trama y la productora han reconocido que Alternativa 3 era un broma. Todo esto empezó a salir a la luz en España poco después del citado programa de Jiménez del Oso, quien nunca ha hablado del tema y ahora ignora el desenmascaramiento del fraude en su revista. Por cierto, aunque había varios programas grabados, tras la emisión de Alternativa 3, La puerta del misterio se cerró para siempre en TVE. L.A.G. Un Nobel en el país de los brujos Acabo de recibir el último número de la revista británica Nature. Abro mi ejemplar y ojeo los anuncios. Take the mystery out of your PCR, ... the new choice for PCR, Consistent PCR results..., ... software offer PCR Help... Prácticamente, uno de cada dos anuncios está relacio- el escéptico (Primavera 1999) 41 el circo paranormal nado con el proceso de la reaccion en cadena de la polimerasa (PCR), cuya patente pertenece a una conocida multinacional farmacéutica suiza. El descubrimiento de esta técnica marcó un antes y un después en el universo del ADN y de la genética. Dicen que el premio Nobel imprime carácter, que los que lo reciben quedan marcados de por vida por el peso abrumador del galardón, que les introduce en una lista de nombres que, más que ilustres, son orgullo y gloria del intelecto humano. Pocos, muy pocos desde Albert Einstein, han añadido lustre a unos premios que son la quintaesencia del reconocimiento a unos logros que incluso llegan a marcar el devenir de la cultura humana, y que destacan la excelencia en el razonar y en la inventiva de buena ley, creadora de riqueza de conocimiento. No debe ser fácil mantener la cabeza fría cuando llega la noticia del premio. Unos, se dice, saltan y lloran de alegría; otros se pellizcan incrédulos; alguno hasta se permite algún manierismo, del tipo los premios suecos, para disimular el impacto que le ha producido entrar en la elite de las elites intelectuales y científicas. También hay unos pocos a los que se les atraganta la gloria, no digieren bien el honor y llevan el premio colgando como vulgar adorno de baratija. Kary Mullis (Carolina del Norte, 1944) descubrió el proceso PCR y recibió por ello el premio Nobel de Química de 1993. Nunca ha ocultado su orgullo y enorme satisfacción por haber recibido el preciado galardón, y ha dado muestras, más que suficientes, de pertenecer al grupo de los laureados que han digerido mal o a medias tal distinción. Ahora, al publicar su autobiografía, titulada Dancing naked in the mind field,1 nos confirma dicha indigestión. Pero, añadiendo un dato que puede ayudar a entender mejor cómo se pueden perder los papeles cuando la vida te da tantas sorpresas: Cetus, la pequeña empresa en la que trabajaba Mullis cuando hizo su descubrimiento, y que se quedó con las patentes del proceso PCR mediante una compensación al investigador de 10.000 dólares, obtuvo poco después más de 300 millones de dólares cuando pasó 42 (Primavera 1999) el escéptico a ser propiedad de una de las grandes multinacionales farmacéuticas. Amargamente se queja nuestro héroe, y con razón, de que, con los enormes beneficios obtenidos con la criatura de su inventiva, nadie se ha acordado jamás de enviarle flores por su cumpleaños. San Francisco, en torno a 1960. Los hippies empiezan a sustituir a los beatniks y cantan aquello de si vas a San Francisco, no olvides poner flores en tu cabello. Mullis llega a California y prueba el LSD y otras drogas. El paleto licenciado del provinciano Instituto Tecnológico de Georgia se deslumbra con esa cultura -mejor diríamos, contracultura- de drogas psicodélicas, amor libre y culto a los cuerpos hermosos que se balancean en la cresta de las olas del soleado océano Pacífico sobre una tabla de surf. El mismo nos confiesa cómo cambió su vida al zambullirse en el ambiente californiano y que se encuentra profundamente ligado a esa sociedad. Pero en California, se dice, cada semana nace una nueva religión o surge un nuevo movimiento de la contracultura o la irracionalidad mística. No debe extrañarnos, pues, que al leer algunos capítulos de su biografía nos encontremos con un Kary Mullis que coquetea con varios tópicos de la nueva moda californiana en movimientos místicos y espirituales: la Nueva Era. Incluso, me arriesgaría a calificar a su tercera -¿o es la cuarta? Se pierde la cuenta entre tanto empacho de aventuras amorosas que jalonan el libro- esposa, una pintora un tanto espiritual, a calificarla, repito, de adicta al esoterismo de la Nueva Era y musa de las partes más extravagantes y absurdas de esta autobiografía. Entre otras extravagancias, se nos regala un supuesto encuentro con extraterrestres -con abducción posiblemente incluida- que el autor parece haber compartido, si bien no a la vez, con una de sus hijas; el tono de la narración es el consabido ni digo que si, ni digo que no, pero misterio, haberlo, lo hubo. Mullis, que nos indica que es Capricornio, aboga, de forma muy poco científica, por cierto, por un estudio científico de la astrología, ya que, al parecer, tres personas seguidas acerta- ron su signo del Zodíaco. Con tan relevantes y contrastados datos estadísticos, nuestro premio Nobel se pronuncia a favor de que las facultades de sociología y psicología incluyan la astrología entre sus disciplinas oficiales. Hay también ciertos guiños a la parapsicología y, por supuesto, más de la absurda e injustificada campaña de Mullis en defensa de las teorías de Peter Duesberg, convicto y confeso oponente a la evidencia acumulada por la que hacemos responsable al HIV del sida. Otro premio Nobel, esta vez de Física y bastante más sensato y mucho menos iconoclasta que Mullis, el también americano Leon Lederman se queja en su autobiografía2 -afortunadamente traducida al castellano- de que mucha gente piensa que el Nobel confiere ciencia y conocimiento infusos, de forma y manera que hay toda una leyenda sobre auténticos disparates admitidos como verdades inapelables simplemente por haberlos pronunciado un premio Nobel en una disciplina que nada tiene que ver con la cuestión opinada. Para los crédulos aficionados a la pseudociencia que se pirran por las citas de la autoridad científica, no cabe duda de que este libro es -y será allá donde se publique- una especie de regalo inesperado, un éxito por contar entre filas de ufólogos, astrólogos, parapsicólogos y demás manadas asilvestradas de renegados de la razón y el sentido común, a todo un premio Nobel de Química. Aunque no tengan en cuenta que, como dice la reseña de este libro publicada en Nature, sin el premio Nobel, anunciado en la sobrecubierta del libro junto con la fotografía de un Mullis descamisado y con su tabla de surf, es dudoso que este potaje de bazofias se hubiese podido editar.3 F.P. Mullis, Kary [1998]: Dancing naked in the mind field. Pantheon Books. Nueva York. 2 Lederman, Leon [1994]: The God particle: if the Universe is the answer, what is the question? Con la colaboración de D. Teresi. Delta. 3 Greenberg, Daniel S. [1998]: Even a loose cannon may hit the right spot. Nature. Vol. 396. 38-39. 1