Voy a hablar brevemente, sin demasiado orden, de la historia de ARP. Cuando estaba escribiendo estas hojas, me di cuenta de un punto en el que había que tener precaución: que mi recuerdo de los hechos era falso. La memoria se altera. Un ejemplo: Stendek era una revista ufológica, publicada por el Centro de Estudios Interplanetarios (CEI) de Barcelona, en la que había colaborado muchas veces. Tenía la idea de que Stendek era muy diferente de Más Allá, Karma- 7 o Espacio y Tiempo, pero he visto que no lo era tanto. El motivo que me ha hecho caer de mi error ha sido el revuelo que se montó a raíz de la confesión de José Luis Jordán Peña acerca de que él fue el autor de UMMO, muchos han asegurado que ya lo sabían. Lo han asegurado pero no hay pruebas escritas de ello; sin embargo en el año 79, en el editorial de Stendek, el director de investigación de CEI-Madrid decía: El Señor Antonio Pardo es el autor de UMMO. Pero nadie le hizo caso. Se me olvidaba comentar que el director de investigación de CEI-Madrid se llamaba Félix Ares. En aquel artículo quedaba bastante claro que Antonio Pardo no era nada más que un pseudónimo de José Luis Jordán. Mi diferencia con respecto a los que dicen que ya lo sabían, es que yo no sólo lo sabía sino que lo había publicado hace 16 años y queda constancia de escrita de ello.
Estaba buscando ese artículo y, según iba ojeando las revistas, pude comprobar que Stendek era casi igual que las otras: casi pura bazofia. Había cuatro cosas medianamente bien hechas, y el resto eran artículos de una credulidad absoluta. Mi recuerdo obviamente no era muy bueno. Quizá mi recuerdo se basaba en esas cuatro cosas bien hechas, que, efectivamente, marcan una diferencia con las otras revistas citadas más arriba. Creía con toda sinceridad que el CEI había tratado las cosas mucho mejor que otros grupos. Creía que Stendek era mucho mejor que las otras revistas. Mi percepción actual es que estaba cegado. Mis recuerdos eran erróneos, Stendek era casi como las otras, sólo la salvaban un puñado de artículos.
ARP surge básicamente como una escisión de Cuadernos de Ufología (CdU), una revista hecha por aficionados al estudio de los ovnis. Algunos de nosotros habíamos colaborado con ella en investigaciones como, por ejemplo, la del barrio de Zurbaran en Bilbao. Un ovni de unos 20 metros, de color rojo, y que además emitía unos ruidos extrañísimos, a modo de pitidos. Tras un minucioso análisis de los hechos, llegamos a la conclusión, bastante irrebatible, de que los pitidos no estaban originados por un submarino, como habían afirmado algunos grupos de investigación, ni eran imposibles de grabar, como había asegurado un gran investigador ovni y a su sombra varios grupos, sino que se trataba simplemente del canto de un sapo partero, es decir de un alytes obstetricans. Volviendo un paso atrás, quisiera señalar que el gran investigador ovni había dicho que no se podía grabar porqué eran ultrasonidos. ¡Estupendo! ¿Cómo se pueden grabar ultrasonidos en un antiguo magnetófono portátil (cassete), con cinta de vulgar de óxido de hierro, no virgen sino reutilizada? ¿Cuál es la frecuencia máxima que se puede grabar en un equipo así: 8 KHz? ¡Magnífico ultrasonido! ¡Claro que al ser extraterrestre el sonido, quién sabe? [tono irónico]. Tal vez los extraterrestres sean un poco duros de oído, o los supuestos investigadores no tienen ni la más remota idea de lo que es un magnetófono.
Este trabajo como otros muchos lo habíamos publicado en CdU. Nuestra intención era investigar seriamente el fenómeno ovni. Queríamos saber qué había detrás de los objetos voladores no identificados. En principio, era posible que todo fuera un fraude, era posible que todo fueran confusiones, era posible que por detrás hubiera algo no identificado y que mereciera la pena ser estudiado y, hasta era posible que fueran extraterrestres, ¿porqué no? La improbabilidad era y es grande, pero es posible.
En esa revista se empeñaron en publicar cosas sobre abducciones. Nosotros planteamos la duda de si este tema guardaba relación con el estudio de los ovnis, o era más bien objeto de estudio de la psiquiatría, psicología o sociología. De todos modos pensábamos si hay pruebas suficientes, ¡adelante! En uno de los números, nos encontramos con que publican el caso de Próspera Muñoz. Este es un caso contundente. Una señora recuerda unos treinta años después del supuesto acontecimiento que, cuando tenía ocho años, vio una luz, se la apareció un marciano y le dejó una extraña pieza que ella puso en un muro. Nadie fue a ver el muro, nadie fue a coger la pieza, pero es una prueba irrefutable de que los extraterrestres existen [dicho en tono irónico].
El caso era tan sólido que Luis Alfonso Gámez y yo decidimos que no podíamos seguir colaborando con CdU. Estábamos dispuestos a investigar el fenómeno ovni en múltiples facetas, pero no podíamos aceptar una prueba ridícula como el caso de Próspera Muñoz, ni aceptar seguir de la mano con personas con tan poco espíritu crítico. Así, nos pusimos de acuerdo en formar un grupo de investigación en la línea que queríamos, y lo llamamos ARIFO, Alternativa Racional en la Investigación del Fenómeno Ovni.
Empezamos a examinar algunos casos y a publicar resultados. Pero pronto vimos que en ellos se hablaba mucho de parapsicología, de telepatía con los extraterrestres,... y decidimos que había que ampliar el campo de actividad de ARIFO y dedicarnos a todas las pseudociencias. Así surge ARP.
¿Cuáles son los objetivos que nos planteamos en aquel momento?
Nuestra primera intención fue absolutamente pedagógica. Nosotros habíamos estado creyendo de buena fe en ovnis durante muchos años, y nos costó darnos cuenta de que detrás de aquello probablemente no había nada. Habíamos aprendido la lección a base de mucho investigar, mucho patear, darnos muchos porrazos y llevarnos muchos sinsabores. Creíamos que si mostrábamos esto a la gente, podríamos acortar su ciclo de aprendizaje. Algunos, en vez de veinte años, tardarían cinco, tres, uno o unos meses en darse cuenta. Nuestra ilusión era que, mostrando los casos tal como los veíamos la falsedad y el mito que había detrás de los ovnis , el ciclo se reduciría a cero; pero la decepción fue absoluta. El ciclo de aprendizaje nunca fue cero, ni tan siquiera fue corto. Pudimos observar con sorpresa que, cuando estudiábamos un caso, decíamos que era falso y lo demostrábamos, como en el caso del sapo partero de Zurbarán, no sólo no era bien acogido, sino que se nos insultaba por ello. Se mataba al mensajero. Ello nos dio pistas muy importantes sobre que lo querían los llamados ufólogos no era investigar el tema ovni, sino buscar argumentos que reforzasen sus creencias apriorísticas. Buscaban robustecer su fe.
Lo segundo que intentamos fue marcar un contrapunto a tanta tontería como se decía. Queríamos que por lo menos la gente pudiera ver las dos caras de la moneda, y pudiera elegir libremente.
Un tercer objetivo era investigar de un modo crítico lo que había de verdad en aquellos fenómenos. Nosotros sabíamos de ovnis, de parapsicología menos, y de otros temas menos aún, por lo que teníamos que unirnos con más gente. Entonces descubrimos que, en Madrid, Álvaro Fernández intentaba montar un grupo similar, e inmediatamente nos juntamos con él. El cuarto objetivo con el que decidimos lanzar el grupo era estudiar la psicología y la antropología de las paraciencias. Este es un punto en el que creo que algo hemos hecho y todavía se pueden hacer cosas interesantísimas.
Al poco tiempo de formar el grupo, de la mano de Victor Sanz Larrínaga se nos ofreció la posibilidad de una investigación en otro campo. En la revista El Médico, que recibía periódicamente Víctor, apareció un artículo en el que se aseguraba que la Sábana Santa era la prueba científica irrefutable de la existencia de Cristo y que esta sábana era ni más ni menos que la mortaja del mismo.
Nos pusimos a profundizar en el caso, porque sabíamos que el tema no era tan obvio como nos lo pintaban. La mera descripción del sistema de obtener las imágenes tridimensionales era terriblemente sospechoso para mí, que a principios de los años 70, había trabajado en tratamiento de imágenes por computador, con los programas de la NASA, en un famoso laboratorio de investigación que ahora no vienen al caso. Tras los estudios pertinentes, escribimos un artículo en el que decíamos que no todo estaba tan claro como quería hacernos creer el autor del trabajo de El Médico, que las perfecciones anatómicas en la sábana eran discutibles; que había cartas del obispo de la zona en la que apareció a mediados del siglo XIV, diciendo que era una pintura; expusimos un método mediante el cual pudo haberse realizado la sábana, obteniendo el mismo efecto de negativo y tridimensionalidad, etc. Por ejemplo, la perfección anatómica no existía pues un brazo era más largo que el otro; los dedos eran una cuarta parte de la distancia de la punta de los dedos hasta el codo, en un individuo normal esta distancia es de un quinto o incluso un sexto; un pie está en distinta postura en la imagen delantera y en la trasera; pero hay más cosas, por ejemplo y como último botón de muestra: el cráneo desde la frente a la nuca debía tener no más de 12 cm.; es decir un ser microcefálico. La Sábana santa no pudo haber envuelto nunca a una persona.
La sábana está hecha en una sarga tres a uno, que es un tipo de tela que no se daba en Palestina. Estamos hablando de una persona de 180 cm., que no es un palestino del siglo I. Estamos hablando de una tela de más de cuatro metros de largo, que dudo se pudiera hacer en la Palestina de la época, donde sólo existían telares verticales. Para poder hacer un lienzo de estas dimensiones, es casi imprescindible el telar horizontal. La primera referencia a un telar de ese tipo aparece en Troyes (Francia), cincuenta años antes de la primera mención a la Sábana Santa ubicándola en Lirey, curiosamente muy cerca de Troyes, en la región de Aube. Como hipótesis alternativa a la mortaja de Cristo y en vista de las improbabilidades anatómicas, sugeríamos otra posible hipótesis. Esta, además, coincidía con la de un obispo de la zona de finales del siglo XIV, Pierre d'Arcis, quien aseguraba que la Sábana Santa era una tela hábilmente pintada. Esta es una posible explicación alternativa. No dijimos/decimos que sea LA explicación, pero en cualquier caso es más creíble que la hipótesis que supone que la sábana es la mortaja de Jesucristo, a la que no nos podemos oponer tajantemente. Nuestra hipótesis no sólo es más creíble, sino que introduce menos elementos extraños y, por tanto, si aplicamos la Navaja de Occam, debe ser preferida.
Cuál sería nuestra sorpresa cuando, en el número siguiente de El Médico a aquél en el que publicamos nuestro artículo, una señora licenciada en medicina, absolutamente furibunda nos llamaba inquisidores, dogmáticos, y nos acusaba de haber destrozado al autor del artículo original. Sin embargo, aquel autor planteaba que la única posible explicación es la de Jesucristo, mientras nosotros decíamos que esa hipótesis era posible, pero no la única, y planteamos otras alternativas. Esta es nuestra inquisición: plantear hipótesis alternativas. Por ello nos acusaban y nos acusan de inquisidores. Esta ha sido nuestra cruz permanente.
Inquisidor es el que no tolera otras ideas, no quien plantea otras hipótesis y deja hablar a las distintas opiniones. ¿Qué quiere decir esta gente con inquisidor y con dogmático? Creo que he encontrado la solución. Lo que quieren decir es "tú no piensas como yo, y por tanto eres malo". No sé si es una conclusión muy correcta, pero es a la que he llegado. En estos temas hay una nueva raza de inquisidores, la de aquellos Torquemadas que acusan de inquisidores a todos los que no comulgan con sus ruedas de molino. Si acatas sus credos cerrados, eres persona de mente abierta. Si discrepas, eres un maldito inquisidor, Torquemada de mente cerrada. Desde 1985 hasta hoy han pasado muchísimas cosas. De entre ellas quisiera hacer un repaso a todo el embrollo que se ha montado en torno a las paraciencias. Este mundo era bastante menos salvaje y bastante menos silvestre en el 85 que hoy.
En este país y en estos años se ha estabilizado el sistema democrático, tenemos un gobierno socialista por primera vez después de muchos años, tenemos la televisión privada, y entramos en Europa. Lo que viene a continuación son meras lucubraciones que tratan de señalar algunos hitos que creo han sido importantes en la evolución del decepcionante panorama que existe hoy en día sobre los temas paranormales.
Fin del monopolio de la televisión.
Previo al año 85 y a la televisión privada tuvimos muchos programas sobre estos temas. Allí hablaban personas de distinta ideología. En ellos se podía dialogar, aunque no se llegase a conclusiones (por ejemplo, La Clave). Poco después, este tipo de programas de debate desaparecen. Los que quedan son gallineros en los que los directores o los presentadores compiten por ver cuántos locos son capaces de meter en un plató. Cuántos más y más extravagante su locura, mejor. El panorama ha cambiado muchísimo, quizá porque en la televisión monopolista no tenían problemas de control de audiencia, mientras que con la televisión privada este aspecto es fundamental. La audiencia quiere locos, los medios les dan locos. (Triste, pero así parece ser). Realmente los que me dan pena son los locos. Me parece indigno que en nombre de la libertad de expresión se aireen las demencias personales. ¿Se imaginan el tratamiento que recibirá en su trabajo una persona que dice haber sido violada en una docena de ocasiones por un extraterrestre? ¿Se imaginan las sonrisas de los vecinos? ¿Y cómo se sentirán sus hijos?, ¿cómo les tratarán los compañeros de colegio? ¿Se imaginan las bromas, las chanzas? Así que eres extraterrestre. Ya me parecía a mi que tenías orejas puntiagudas...
Los ufólogos y paracientíficos se han asilvestrado. (Sin ánimo de ofender a nadie). Cuando íbamos a debates en el año 85, los temas se discutían. Cada uno exponía las razones que tenía acerca de la existencia o no de los ovnis o de los fenómenos paranormales. Lo que nos encontramos hoy es gente que al plantear la existencia de extraterrestres aseguran que "eso es evidente, eso no se discute, son dogmas de fe lo mismo que las abducciones, y las relaciones sexuales con los extraterrestres. Si piensas que has estado en una nave extraterrestre, es que has estado". Sin más razones.
La irracionalidad se hace más visible.
Antes, en verano se solían emitir algún programa sobre ovnis, pero era de modo esporádico.
Hoy en día es difícil no encontrar un programa de esos cada semana. El auténtico misterio es de dónde sacan tantos locos los medios de comunicación. Parece meridianamente claro que la irracionalidad ha perdido el miedo. La Universidad Complutense organiza cursos con Sánchez Dragó; en el Escorial hay shows de verano sobre ovnis; la de Comillas organiza cursos de parapsicología, y Rappel se anuncia por la tele, y a nadie se le cae la cara de vergüenza... Se establece un gran negocio.
Antes, la mayoría de los que se dedicaban a estos temas eran aficionados, que ponían mucho dinero de su bolsillo para descubrir su verdad. Bien es cierto que en mi opinión estaban equivocados y no hacían una investigación sino una búsqueda de pruebas que reforzaran su creencia. Pero la mayoría eran gentes de buena fe, a las que nos le importaba el dinero. Esa era, sin duda, la situación de grupos como CEI, CdU y otros muchos. Hoy el tema ha cambiado. Hoy hay media docena de revistas, con tiradas importantes, algunas superando los cien mil ejemplares. Hay muchos programas de radio y televisión cuyo único sustento es la apología de estos temas. Los medios están llenos de anuncios de astrólogos, echadores de cartas, futurólogos,... que cobran pingües cantidades por sus consejos.
Hoy, además de aficionados, tenemos un gran negocio montado en torno a esos temas. Un negocio de miles de millones. Un negocio dispuesto a organizarse y hacer frente común contra todo aquel que se oponga a sus ganancias; por ejemplo: ARP.
Todas las ideas son igual de válidas
Otra de las cosas que se notan fuertemente es esa especie de relativismo cultural en el que se dice que todas las ideas son igual de válidas, o dicho en otras forma: todas las ideas son respetables. No sé cual es el origen de esta tontería, tal vez el miedo a las verdades oficiales del franquismo o a las de la Iglesia Católica de nuestra juventud. Pero de lo que no me cabe duda es que nos están haciendo mucho daño. Creo que de una vez por todas debemos ser valientes y ser capaces de decir que las personas son respetables pero sus ideas no tienen porqué serlo. Alguna vez habrá que decir que la opinión de un biólogo al hablar de evolución tiene más valor que la de un predicador fundamentalista de la Biblia; o que un matemático es más de fiar que el señor que dice que dos y dos son diecisiete; o que las ideas del físico son más válidas que las que se empeña en haber inventado y la tiene funcionando una máquina de movimiento continuo, un motor de agua o tonterías similares.
Junto con la valentía a negar que todas las ideas son respetables debe estar nuestro compromiso a defender que todas las personas son respetables al margen de sus ideas y debemos luchar por el derecho que todos tienen a expresarlas, aunque sean estupideces como las de que nuestro porvenir depende de las estrellas, del tarot o de esparcir polvos de rabo de sapo viudo, matado en noche de Luna llena, en nuestra almohada. Siempre me ha gustado la frase de Voltaire en la que decía algo así como que no comparto tus ideas en absoluto, pero estoy dispuesto a dar mi vida por el derecho que tienes a expresarlas. ¡Ese es un buen lema! Para acabar con este tema, dos reflexiones: 1) Cuanto más estemos dispuesto a defender la libertad de expresión de las otras personas, más debemos estar dispuestos a criticar sus ideas. 2) Todos tiene libertad de expresarse, incluso nosotros aunque algunos defensores de lo paranormal crean lo contrario.
LINEAS DE FUTURO
La verdad es que la actual proliferación de la irracionalidad, me ha desbordado; me ha hecho sentirme bastante impotente. No obstante, me atrevo a señalar algunos puntos de actuación: El primero es muy personal, muy ligado a mi trayectoria de ovnílogo; creo que en los últimos 50 años ha nacido una nueva religión: la del extraterrestre. En la prensa tenemos todas las fases de su desarrollo. Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos tenido la ocasión de analizar punto por punto y paso por paso la génesis, desarrollo y maduración de una creencia religiosa; creo que es una ocasión única que no deberíamos dejar escapar. Un segundo tema es fomentar el espíritu crítico en todos los lugares en los que podamos: en los periódicos en los que escribimos, en las radios en las que colaboramos, en las conferencias que damos, etc. Personalmente me siento especialmente a gusto en las conferencias en los colegios; creo que los jóvenes son personas receptivas, con ganas de saber, con ganas de aprender,... en los que una charla crítica puede ser la diferencia entre caer en las redes de la irracionalidad o pasar al bando de la razón.
Un tercer camino es el fomentar el cariño a la ciencia; para ello hay que dejar de presentarla como algo dogmático y pasar a exponer la gran aventura humana que hay detrás de cada descubrimiento científico. Hay que romper con la idea de que el científico es cuadriculado y opuesto a la creatividad, para demostrar que las ideas nuevas siempre surgen de un estado creativo. Una buena hipótesis exige creatividad. La dicotomía ciencia/creatividad es falsa. Pienso que debemos investigar los casos paranormales más relevantes, bien para ver si de verdad hay un nuevo fenómeno desconocido, bien para exponer a la opinión pública la explicación natural. Debemos hacerlo, aunque sé que seremos mal interpretados y se nos llamará dogmáticos y negativistas. ¡¡Es nuestra irremediable cruz!!
Los que todavía tengan humor para ello y se sientan con fuerza, deberán seguir yendo a los programas de radio y televisión a defender las ideas racionales. Tal como varías veces ha señalado muy bien Javier Armentia, basta la presencia de un escéptico, para que el debate se desarrolle de otra manera. Sueltos, los defensores de lo paranormal, se muestran mucho más asilvestrados que si uno de nosotros está delante incluso aunque no digamos nada; nuestra mera presencia hace que se moderen.
En plan utópico me atrevería a decir que tendríamos que luchar por conseguir que en el bachillerato se incluyera una asignatura que fomentara el espíritu crítico, tal vez una filosofía del pensamiento racional. Pero sé que es utópico. Dudo que se logre cambiar un plan de estudios y, aunque se lograse, dudo de que la mayoría de los profesores estén a la altura de las circunstancias. Mi recuerdo de las asignaturas de filosofía del bachillerato son nefastos; nunca me enseñaron filosofía; nunca me enseñaron a razonar; a lo sumo se limitaban a contarme lo que habían dicho unos pensadores antiguos, sin un análisis crítico de su valor actual, sin situarlo en su contexto histórico, ...
Para acabar quisiera hacer una llamada al espíritu crítico. Debemos ser críticos, incluso con nosotros mismos. Y, por supuesto, con las ideas que yo mismo acabo de verter. El Dr. Félix Ares de Blas es, entre otros muchos títulos, ingeniero de telecomunicaciones, doctor en informática y profesor en excedencia de la Universidad del País Vasco, perteneciendo además a numerosas instituciones de carácter científico en todo el mundo. Fue fundador y primer presidente de Alternativa Racional a las Pseudociencias, pionero de la investigación científica del fenómeno ovni y de otras muchas pseudociencias en España, y conocido divulgador en prensa, radio y televisión.